La Leyenda del Santo Grial: mito y realidad

Carlos Mönckeberg

En los siglos 12, 13, y 14 comienzan a ver la luz en Europa en número creciente los poemas que tienen como contenido las historias de los Caballeros de la Tabla Redonda del Rey Arturo y como surgiendo de ellas la leyenda que se teje alrededor de la búsqueda del Santo Grial y las aventuras o destinos de su máximo representante, Perceval, cuya figura se completa con la de Gavan o Gauvain. Los autores más renombrados y espiritualmente más reconocidos son Josef de Boron, Chrétien de Troyes y Wolfram von Eschenbach, sin perjuicio de muchos otros que en los últimos tiempos han sido redescubiertos y editados.

Un aspecto, el humano, comienza con la historia de Gamuret, caballero andante, guerrero, que recorre el mundo en busca de la aventura, la «Señora Aventure» que como entidad moral, inspiradora espiritual de naturaleza femenina era venerada por los caballeros y a la que ofrendaban sus victorias, el servicio y el amor.

Gamuret recorre el Cercano Oriente, donde al servicio del Rey Baruch interviene en las luchas en que éste está involucrado. Luego continúa su viaje por África del Norte donde asiste y protege a una bella reina mora llamada Belakane. Permanece un tiempo a su lado unido a ella en amor, pero al tiempo el llamado de «Aventure» lo vuelve a impulsar en su camino. Así llega nuevamente a Europa, donde, posiblemente en la región de La Provence, participa en un torneo de caballeros al que invita una condesa llamada Herzeloide. El premio será la mano de la condesa o duquesa. Gamuret vence en el torneo y desposa a Herzeloide. Pasa un breve tiempo lleno de felicidad al lado de Herzeloide cuando le llega un mensaje de su antiguo señor y amigo, el Rey Baruch quién se encuentra asediado por sus enemigos y en grave peligro. Gamuret no duda, sigue al llamado del deber, parte para el Oriente, interviene en las luchas y muere en las mismas.

Belakane, la reina mora entre tanto ha dado a luz a un hijo de Gamuret al que llama Feirefiz y cuya piel es como un tablero de ajedrez, con cuadros blancos y negros.
Herzeloide también da a luz un hijo de Gamuret al que llama Perceval. Entonces ambos hijos de Gamuret, Feirefiz con su herencia mora, africana o árabe y europea, y Perceval con su herencia europea cristiana son hermanastros,»hijos de la viuda». Este término: «Hijo de la Viuda» es la designación de un determinado grado de desarrollo. Fundamentalmente son sus representantes los portadores del impulso del Yo Individual,los héroes del camino de la individuación (los portadores de la espada). Son «Hijos de la Viuda» por ejemplo los siete hermanos Macabeos, Sigmundo y Sigfrido entre los nórdicos, etc.

Herzeloide que quiere evitar para Perceval el destino de su padre, o sea morir en combate, abandona sus posesiones, se retira a una choza en las profundidades de los bosques y educa a su hijo en la soledad y con los principios más simples y elementales. Le enseña a rezar, allí donde vea a un ser bellísimo seguro que es un ángel, que se arrodille y ore; si se encuentra con una hermosísima casa o morada, seguro que es una iglesia, que entre a rezar; a las mujeres hay que amarlas, lo más sublime que se puede obtener de ellas es un anillo y un beso. Lo viste con ropa de campesino o de bufón, su única arma es un venablo. Así Perceval llega a la adolescencia.

Un día oye ruidos de caballos en el bosque, entrechocar de acero, voces. Corre para ver y se encuentra con un grupo de caballeros. Como son los seres más hermosos que ha visto hasta ese momento cree que son ángeles y se arrodilla a orar; ellos le dicen que no son ángeles, solo caballeros y riendo siguen su camino al galope, él los sigue corriendo, quiere preguntar, ser como ellos, saber cómo llegar a ser caballero. No los alcanza, los pierde, los pierde pero se aleja de su hogar.